Inicio / Aprende como cuidar tus plantas / Ciclamen: Aprende como cuidarla de forma adecuada
El ciclamen tiene un ciclo de vida muy particular que requiere adaptar los cuidados según la estación. A continuación, te presentamos un calendario anual con recomendaciones específicas para cada época del año, con el objetivo de ayudarte a mantener tu planta saludable, en flor y bien cuidada durante todo su desarrollo. Si necesitas asesoramiento personalizado, en la Floristería Nerine en Granada podemos ayudarte a cuidar tu ciclamen en cada etapa.
Si quieres alegrar tu terraza en invierno con una planta que aguante el frío y que no pare de florecer hasta bien entrada la primavera, no busques más: el ciclamen es tu planta. Además ¡no importa si tu terraza es soleada o si no le da el sol en todo el día!
El ciclamen es una planta originaria de las regiones montañosas del este del Mediterráneo, incluyendo Grecia, Turquía, Líbano y también áreas del norte de África y la antigua Persia. Su nombre botánico, Cyclamen persicum, refleja este origen: “persicum” hace referencia a Persia, mientras que “cyclamen” proviene del griego kyklaminos, que significa ‘redondo o circular’. Este término alude a la forma característica de su tubérculo, un tallo subterráneo redondeado que actúa como reserva de nutrientes. Esta estructura le permite al ciclamen adaptarse a condiciones climáticas adversas, brotar con fuerza en otoño e invierno, y entrar en reposo durante el verano. Su herencia botánica explica tanto su resistencia como su singular belleza.
Existen ciclámenes de colores rojos, blancos, rosa, fucsia, salmón o púrpura, de flores rizadas o que combinan varios tonos y colores. Algunos son tan minúsculos que apenas alcanzan los 10 centímetros de altura. Se trata de una planta que se adapta perfectamente a nuestro clima y que, además, es muy resistente a la contaminación atmosférica, por lo que incluso vive perfectamente en los ambientes urbanos.
El ciclamen tiene un ciclo de vida muy particular que requiere adaptar los cuidados según la estación. A continuación, te presentamos un calendario anual con recomendaciones específicas para cada época del año, con el objetivo de ayudarte a mantener tu planta saludable, en flor y bien cuidada durante todo su desarrollo.
Periodo | Riego | Luz | Temperatura | Abono | Cuidados especiales |
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Noviembre a Febrero | Moderado (solo cuando el sustrato esté seco) | Luz natural indirecta, sin sol directo | 10–18 °C | Cada 2 semanas | Eliminar flores marchitas y hojas amarillas |
Marzo a Mayo | Reducido progresivamente | Luz media, sin exceso | 15–20 °C | Una vez al mes, luego suspender | Retirar hojas secas y reducir riego al empezar la fase de reposo |
Junio a Octubre | Mínimo (mantener el tubérculo apenas húmedo) | Sombra parcial o semisombra | Evitar temperaturas elevadas | No se aplica | Dejar reposar la planta, no forzar floración |
Cuando vayas a comprar un ciclamen, comprueba siempre que tenga capullos de flor, apartando un poco las hojas para verlos. Si los compras con las flores muy abiertas estas te durarán menos.
Ponlo en el exterior, en cualquier orientación. En una ubicación norte florece menos y no suele rebrotar al año siguiente. Agradece que le dé el sol por lo menos unas horas al día. Puedes plantarlo solo o bien combinar varios con otras plantas en una jardinera.
Si tu ciclamen se seca a mediados de la primavera, es normal, ha terminado su ciclo anual. Entonces puedes recoger los tubérculos y guardarlos en un lugar seco hasta el otoño siguiente o bien dejarlos en la jardinera para que rebroten de forma natural cuando vuelvan las bajas temperaturas. No dejes que el sustrato se seque del todo, aunque las plantas no vayan a rebrotar antes del otoño siguiente.
Quedan mejor si están relativamente juntos, de modo que las plantas casi se confundan, no obstante, los ciclámenes de hoja grande debes separarlos entre ellos por lo menos 10 centímetros.
Encontrarás ciclámenes a partir de noviembre. Trasplántalos enseguida a una maceta grande o jardinera y así ya no hará falta cambiarlos más de lugar durante toda la temporada de flor.
Riégalo cada dos días, aunque si la maceta es pequeña deberás regarla a diario, pues es muy sensible a la falta de agua. Si hace mucho frío, bastará con regarla un par de veces por semana. No mojes las hojas cuando la riegues, puesto que si queda agua encima de las hojas podrías favorecer las podredumbres.
El abonado del ciclamen es un paso fundamental para asegurar una floración abundante y prolongada durante su temporada activa. Este proceso debe realizarse con regularidad, pero con cuidado, ya que el exceso de fertilizante puede afectar negativamente la planta.
Durante el periodo de floración —de otoño a finales del invierno— es recomendable aplicar un abono líquido específico para plantas con flor cada 15 días, siempre diluido en el agua de riego. El fertilizante debe ser rico en potasio y fósforo, dos nutrientes esenciales para estimular la producción de flores, y con bajo contenido de nitrógeno, para evitar el crecimiento excesivo de hojas en detrimento de la floración.
Es importante abonar siempre con el sustrato húmedo, nunca sobre tierra completamente seca, para evitar dañar las raíces. Durante la fase de reposo vegetativo (normalmente en primavera y verano), se debe suspender totalmente el abonado, ya que la planta entra en una etapa de descanso en la que no necesita aporte de nutrientes.
Un abonado adecuado no solo mejora el número y la duración de las flores del ciclamen, sino que también refuerza su sistema inmunológico, previniendo enfermedades y fortaleciendo la planta de cara a su siguiente ciclo de floración.
El ciclamen no se poda. Recorta las flores secas si no quieres que produzca semillas. Si dejas las flores secas en la planta las semillas germinarán al año siguiente. El fruto es como una capsula redonda. Cuando este se seca caen las semillas al suelo y quedan latentes hasta que, a finales del verano, cuando las temperaturas son más frescas, germinan y dan lugar a una nueva planta.
Aunque el ciclamen es una planta resistente, no está exenta de sufrir ataques de plagas o enfermedades, especialmente si las condiciones de humedad, luz o ventilación no son las adecuadas. Detectar estos problemas a tiempo es clave para evitar daños irreversibles.
Para prevenir estos problemas, asegúrate de mantener una correcta ventilación, evitar el exceso de agua, retirar hojas y flores dañadas, y revisar tu ciclamen con frecuencia. La prevención es la mejor aliada para disfrutar de una planta sana y en flor.
Síntoma | Posible causa | Solución recomendada |
---|---|---|
Hojas deformadas o rizadas | Ácaros del ciclamen | Usar acaricida específico y mejorar ventilación |
Flores con manchas marrones y moho gris | Botrytis (hongos) | Eliminar partes afectadas, reducir humedad, aplicar fungicida |
Manchas plateadas en hojas | Trips | Aplicar tratamiento fitosanitario y usar trampas adhesivas |
Flores marchitas rápidamente, mal olor | Podredumbre del tubérculo | Reducir riego, revisar drenaje, eliminar zonas dañadas |
Polvo blanco sobre hojas | Oídio | Mejorar ventilación, aplicar fungicida ecológico |
Brotes nuevos con insectos visibles | Pulgones | Eliminar con agua jabonosa o insecticida natural |
Normalmente, se reproduce a partir de tubérculos. Un tubérculo es un tallo subterráneo modificado de tal manera que le sirve a la planta para acumular reservas. Aunque puede reproducirse también por semillas. Siembra las semillas entre junio y agosto, y planta los tubérculos a principios de otoño. Si los tubérculos los dejaste en la maceta, empieza a regar a partir de principios de octubre. Las plantas que obtendrás en el segundo año seguramente no serán tan espectaculares ni vigorosas como lo fueron el primero, pero es divertido ver cómo vuelven a crecer estas flores de invierno.
Florece casi sin parar entre los meses de noviembre y mayo. Termina de florecer cuando empiezan los primeros calores fuertes, a la vez que se seca la planta.
Además de su belleza y resistencia, el ciclamen está rodeado de curiosidades botánicas y significados simbólicos que lo convierten en una planta muy especial. En la cultura popular, se asocia con la sinceridad, el amor duradero y la protección, por lo que es común regalarlo en relaciones profundas o como muestra de afecto genuino. En la antigua Grecia, se creía que el ciclamen tenía poderes mágicos y se usaba como amuleto contra el mal de ojo.
Una curiosidad botánica fascinante es su capacidad para florecer en las estaciones frías, cuando la mayoría de las plantas entra en reposo. Esto le otorga un simbolismo adicional de renacimiento, fortaleza y esperanza. También es una flor frecuente en la jardinería japonesa, donde se valora por su equilibrio estético y su presencia delicada pero persistente.
Gracias a estas cualidades, el ciclamen no solo adorna espacios interiores o balcones, sino que también transmite emociones profundas y mensajes positivos a quienes lo reciben.
Puedes plantar los tubérculos enterrándolos a uno o dos centímetros por debajo de la superficie de la tierra. Debes plantarlos con el diámetro mayor paralelo a la superficie de la tierra. Asegúrate, cuando los plantes, de poner la parte de las hojas arriba y la de las raíces abajo. Si tienes dudas porque no se ven las yemas, toca ambas caras con los dedos, la parte rugosa al tacto es la superior, y la que aparece lisa es la inferior.
Si lo deseas, puedes obtener varias plantas de un mismo tubérculo. Si localizas las yemas puedes cortar la planta en trozos de modo que cada pedazo tenga alguna yema y alguna raíz. Déjalos secar una semana en lugar seco, antes de plantarlos para que cicatricen bien las heridas y no se pudran, consejos útiles de nuestra Floristería en Granada.
El lugar ideal es una zona fresca, bien ventilada y con luz natural indirecta. Evita los ambientes muy calurosos o con calefacción directa, ya que el ciclamen necesita temperaturas entre 10 °C y 18 °C para prosperar.
Durante la floración, riega solo cuando el sustrato esté seco al tacto. Nunca lo hagas desde arriba: lo mejor es colocar la maceta sobre un plato con agua y dejar que absorba durante 15–20 minutos.
Es normal que tras la floración, el ciclamen entre en una fase de reposo. Reduce el riego, suspende el abono y deja que la planta repose en un lugar fresco y seco. Volverá a brotar en la siguiente temporada si se mantiene el tubérculo sano.
Sí, siempre que no se exponga a heladas fuertes o sol directo. En climas suaves, puede ubicarse en terrazas o balcones resguardados, siempre en semisombra y protegido del exceso de lluvia.
Sólo si el tubérculo ha crecido mucho o si el sustrato está deteriorado. El mejor momento para trasplantar es al final del verano, justo antes de que reanude su ciclo activo. Usa una maceta con buen drenaje y sustrato ligero.
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