Inicio / Velas aromáticas literarias / Aromas literarios: La leyenda de Sleepy Hollow
La leyenda de Sleepy Hollow o La leyenda del jinete sin cabeza es un relato corto de terror, catalogado dentro de la corriente del romanticismo americano y escrito por Washington Irving en 1820. La obra está dentro de su colección de historias cortas The Sketch Book of Geoffrey Crayon.
La historia se sitúa en 1784, en una pequeña aldea de colonos neerlandeses llamada Sleepy Hollow. Dicha aldea existe realmente en la zona Tarrytown, Nueva York y es conocida por sus antiguas historias de fantasmas y sobre todo por su famosa leyenda.
El relato narra la historia de Ichabod Crane, un supersticioso profesor que cae prendado de Katrina Van Tassel, hija de un rico terrateniente de la zona. Una noche de Halloween, se celebra una fiesta en casa de los Van Tassel y Ichabod está invitado. Durante la fiesta se cuentan relatos y leyendas de terror sobre un llamado jinete sin cabeza, que se dice que es el fantasma de un antiguo soldado germano, que perdió su cabeza durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos y que, aun en esa fecha, cabalga por la zona de Tarrytown en búsqueda de una nueva cabeza.
Al terminar la fiesta, Ichabod volvía a casa a través de los bosques de Sleepy Hollow, hasta que el Jinete se le aparece y le persigue. Ichabod cabalga aterrado hacia el puente junto al cementerio, donde se dice que el jinete «se desvanecería en un destello de llamas y azufre», pero Ichabod es alcanzado por el jinete y jamás se le volvió a ver.
En la obra la naturaleza del Jinete queda abierta a la interpretación, ya que la historia insinúa que el jinete era en realidad Brom un celoso pretendiente de Katrina disfrazado.
Washington Irving nacio en Manhattan, Nueva York, el 3 de abril de 1783 y fue uno de los escritores estadounidenses más asociados al Romanticismo americano. Washington Irving era de familia de emigrantes. Su padre fue William Irving Sr. que era originario de Escocia, y su madre fue Sarah Saunders, nacida en la ciudad de Falmouth, Inglaterra. Su padre era suboficial en la Marina Real británica. Irving tuvo diez hermanos, ocho de los cuales sobrevivieron hasta la edad adulta.
Irving, tras trabajar en varios bufetes, empezó escribiendo cartas al periódico Morning Chronicle de Nueva York en 1802, cuando solo tenía 19, presentando comentarios sobre la escena social y teatral de la ciudad bajo el seudónimo Jonathan Oldstyle. Estas cartas le dieron a Irving cierta fama y algo de notoriedad.
Preocupados por su salud, los hermanos de Irving le pagaron un viaje por Europa de 1804 a 1806. Durante este muy importante periodo en su vida, Irving vivió en las principales ciudades europeas.
En Francia vivió en Burdeos, París, Meze, Montpellier, Nimes, Aviñón, Marsella y Niza. En Italia paso temporadas en Mesina, Sicilia, Roma, Gorgona, Capraia y Elba. En Suiza pasó por Lucerna, Zúrich y Basilea. Luego llegó a Róterdam, Países Bajos. Allí embarcó a Gravesend y desde allí se dirigió a Londres.
En el verano de 1825 conoció en París a Alexander Hill Everett, de Boston, que posteriormente fue nombrado por el presidente John Quincy Adams embajador en España. Irving recibió una carta de Alexander Hill Everett del 30 de enero de 1826 invitando a Irving a reunirse con él en Madrid.
Desde que Irving llegó a España se enamoró del país y su cultura, Visitó prácticamente todo el sur del país sobre todo Andalucía y levante. Aunque también realizaba pequeños viajes a otras zonas del país. Irving aprovechó su estancia en el sur de España para visitar a su tío en Granada, donde se enamoró perdidamente de la ciudad y juró que volvería.
Irving se mudó a Granada, el 4 de mayo de 1829 y se alojó, en un principio, junto con su amigo el príncipe Dolgorouki en los apartamentos del gobernador Francisco de la Serna, que se encontraban en el palacio de Carlos V, en el complejo palaciego de la Alhambra. Sin embargo, a las pocas semanas, tras deambular por las distintas estancias del palacio, encuentra unas habitaciones cerradas y “misteriosas”. Tras abrir dichas habitaciones, no sin cierta dificultad, descubre unos apartamentos regios que se habían preparado para la reina Isabel de Farnesio. Entusiasmado con el lugar, decide trasladar su residencia a estas habitaciones a pesar de encontrarse cerradas y abandonadas. No se arrepintió, como se deducen de sus propias palabras:
“Jamás he gozado de una residencia más deliciosa… Estoy tan enamorado de mi apartamento que me cuesta trabajo salir de él para dar mis paseos. Estar en el corazón de este gran palacio deshabitado te da una grata sensación de tranquilidad y sosiego difícil de descubrir”
Washington Irving
Pero no era este el único sitio que le gustaba, el Salón de Embajadores junto con el Patio de los Leones, eran sus sitios preferidos para desayunar y almorzar. Otro de sus pasatiempos preferidos era subirse a lo alto de la Torre de Comares y desde allí arriba, con sus anteojos Doland, observar meticulosamente el día a día de la ciudad. Pasear por los patios y otras estancias del palacio al atardecer eran sus quehaceres cotidianos a los que sumaba otro atractivo hoy día difícil de imaginar: Irving disponía de una “piscina de agua templada” en uno de los estanques que había en uno de los patios donde se bañaba por las noches buscando el agua calentada por el sol. Después de recoger todas las leyendas de los habitantes de la Alhambra, y tras investigar en los archivos de la Biblioteca universitaria granadina, desarrolló un género de novela fantástica de imprescindible lectura, y probablemente otra de sus obras maestras «Los cuentos de la Alhambra»
La leyenda de Sleepy Hollow es sin duda una de las obras fantásticas y de terror más importante de la cultura norte americana, y por ello además de ser uno de los relatos más típicos en las noches de Halloween en todo el país, ha tenido muchas adaptaciones a cine, teatro y televisión.
Como siempre las etiquetas de nuestra colección de velas aromáticas «Aromas literarios» esconden en sus ilustraciones multitud de referencias escondidas o «easter eggs» sobre la historia y sus personajes. Ademas de las referencias evidentes a la hitoria y los ingredientes de nuestra vela. Sin mas estos son los «easter eggs» de nuestra vela «La leyenda de Sleepy Hollow»
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